Os lucros e a ganância das multinacionais também
alcançam o mundo dos bebês
Rebelión
En un período de unos 25 años el mundo ha cambiado: la economía se ha internacionalizado. Sus protagonistas, las grandes corporaciones transnacionales, propugnan una fuerza de mercado incontrolable; las comunicaciones, por otro lado, contribuyen a una homogeneización cultural.
Como casi todos los campos y sectores, la lactancia materna queda marcada por este nuevo acontecimiento mundial, desgraciadamente de forma negativa: los intereses económicos prevalecen sobre los sociales, la lactancia materna no es rentable, y sí lo son las leches artificiales, que se están convirtiendo en productos de consumo habitual (son un producto relativamente reciente, su nacimiento data de 1867) con consecuencias graves para la salud: la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que un millón y medio de lactantes mueren anualmente por no haber sido amamantados.
En esta Semana Mundial, la Asociación pro-lactancia materna “Amamantar-Asturias” quiere manifestar los siguientes puntos:
Comercialización inapropiada.
Las grandes empresas de alimentos infantiles realizan una publicidad agresiva: ofrecen gratuitamente a las madres muestras de leche, cupones descuento, directamente o a través de las canastillas que se ofrecen a las madres en instituciones hospitalarias públicas y privadas, publicidad en la que los sucedáneos se anuncian como equivalentes a la leche materna. El impacto de estas prácticas, sobre todo en países en vías de desarrollo, es fatal, pues la introducción de leches artificiales interfiere en la producción de leche de la madre, y la utilización del biberón hace que el niño lo confunda con el pezón; el consumo de estas leches mina la economía de las familias, pues es cara; la preparación de biberones sin las debidas condiciones higiénicas ni de potabilidad del agua, así como la ausencia de los beneficios inmunológicos de la lactancia materna, provocan enfermedades alérgicas, diarreas e incluso llegan a término fatal. Existe un código ético de comercialización de sucedáneos de la leche materna que define unos mínimos para limitar los abusos de las grandes industrias y para la supervivencia de la lactancia materna
“Amamantar” insta a los poderes públicos a que ayuden a cumplir las medidas para regular la comercialización de las leches artificiales, adoptando leyes nacionales inspiradas en el Código de comercialización de sucedáneos. En España existen desde 1976 diversas reglamentaciones, pero reflejan sólo parte del Código. Por ejemplo, no se permite publicitar la leche de inicio pero sí la de continuación. La creación de la leche de continuación es una manera de burlar el control publicitario y el uso de ésta parece innecesario en caso de no amamantar.
Asimismo, se insta a hacer cumplir la normativa ya existente.
Prácticas hospitalarias.
Para una buena lactancia es fundamental un buen comienzo: madre e hijo siempre juntos, personal sanitario formado para mostrar a la madre primeriza una buena práctica para el amamantamiento, ni chupetes ni tetinas… Cerca del 80 % de las madres asturianas inician la Lactancia Materna tras el nacimiento y sólo el 30 % consigue amamantar 2-3 meses por falta de este apoyo y capacitación profesional.. Actualmente los protocolos utilizados en la mayoría de las maternidades y hospitales no contribuyen en absoluto a un buen inicio del amamantamiento. OMS y UNICEF establecen 10 pasos para una lactancia materna exitosa. Existe la denominada “Iniciativa Hospital Amigo de la Madre y el Niño” (IHAM) que galardona a los hospitales que cumplen los 10 pasos de la OMS-UNICEF y que no aceptan sustitutos de la leche materna, biberones y chupetes donados o vendidos a bajo precio. En Asturias ya son 2 hospitales de la IHAM: Jarrio y Cangas del Narcea.
“Amamantar” insta a las autoridades sanitarias a que capaciten al personal de salud y a que estimulen a hospitales y maternidades a que modifiquen sus protocolos y rutinas para favorecer la lactancia materna.
Consumo de lácteos.
La industria láctea ha crecido en estos últimos años, con el consecuente aumento del consumo por la población de estos productos. La leche de vaca es un alimento que puede provocar problemas digestivos y alergias (1 de cada 7 niños presenta algún tipo de alergia a la leche vacuna) además de favorecer la obesidad infantil.
La OMS recomienda lactancia exclusiva hasta los 6 meses, sin ningún otro alimento o bebida, y posteriormente con otros alimentos sanos y nutritivos hasta los dos años o hasta que el hijo y la madre quieran. Sin embargo, las recomendaciones rutinarias pasan a dar sucedáneos de la leche materna cuando se presenta cualquier dificultad en la lactancia o a los 4-6 meses para darles cereales y luego yogures….
Un niño lactante no precisa más leche que la materna cuando es amamantado a demanda exclusivamente al menos 6 meses y luego con otros alimentos. Muchas dificultades se pueden superar con un buen asesoramiento a la madre. La introducción temprana de lácteos (yogures, leche) disminuye los efectos inmunológicos de la Lactancia Materna en los dos primeros años de la vida.
Respecto a las recomendaciones de la OMS, 69 países ya las han asumido en sus leyes. Falta que lo hagan el 65 % de los miembros de esta Organización, entre ellos España.
Mujer y trabajo.
Con la globalización la tendencia conduce a una política económica dirigida a impulsar los beneficios empresariales, desregular el mercado de trabajo: flexibilizar el empleo, facilitar el despido, el empleo temporal, los empleos autónomos, eliminar controles en las condiciones de trabajo… Y la mujer que trabaja es especialmente sensible: con la maternidad deja de ser rentable para el empresario. Para un buen amamantamiento se precisa: tiempo, espacio, apoyo y facilidades.
La mujer no debe estar en la posición de tener que decidir entre su rol como madre lactante y mujer trabajadora:. Amamantar debe de ser un derecho.
“Amamantar” insta a los poderes públicos a proteger, promover y apoyar la lactancia natural: que se legisle sobre derechos básicos, como los permisos pagados de maternidad por al menos un año; que el lugar de trabajo no sea una barrera para amamantar: tiempos y espacios para extraerse la leche, guarderías subvencionadas y cercanas al centro de trabajo, así como jornadas reducidas de trabajo y horarios flexibles.
La lactancia materna es ecológica.
El sistema económico actual se está desarrollando de tal manera que destruye el planeta, sobreexplotándolo para el consumo, al tiempo que termina contaminando o envenenando a sus propios consumidores. Para producir la leche artificial se precisa mucho terreno para la explotación del ganado vacuno, por lo que aumenta la deforestación; al requerir ser calentada, aumenta el consumo eléctrico y de madera, entre otros, produciendo residuos contaminantes; aumenta el consumo de combustible para su transporte por el mundo; la fabricación de botes para la leche, biberones, etc produce asimismo un consumo de recursos naturales, residuos… todo ello repercute en la capa de ozono.
La leche materna no desperdicia energía para ser producida. No causa contaminación. No utiliza envases para su consumo (está en el mejor envase), ni necesita ser transportada, y está siempre lista para su uso, sin la necesidad de ser calentada. Por estas razones, entre otras muchas, amamantar es la mejor opción.
Emigración:
Consecuencia de la globalización es el descalabro social y cultural que sufren los países del sur: millones de personas se ven obligadas a abandonar su tierra, su cultura y su gente, huyendo del hambre, guerras y matanzas, una miseria a la que les ha llevado el primer mundo. Estas personas vienen con unas costumbres en lactancia y alimentación infantil distintos al país que les recibe (por ejemplo, es común en la mayoría de las culturas amamantar hasta los dos años y más) produciéndose un choque cultural.
“Amamantar” aboga por que no se pongan en entredicho los modos de alimentar a sus hijos los emigrantes que vienen a nuestro país, y porque haya una convivencia de respeto a las costumbres.
Situaciones de emergencia.
En este mundo globalizado del siglo XXI hay constantes situaciones de emergencia: guerras, inundaciones, sequías. En estos casos la lactancia materna salva vidas. Hay que desterrar algunos mitos: el estrés no seca la leche (puede haber un momento en que deje de fluir, pero es temporal, y es posible la relactación); las madres malnutridas pueden amamantar: sólo en situaciones de malnutrición severa la producción de leche decrece; los bebés con diarrea no deben dejar de ser amamantados: el darles agua en situaciones de emergencia puede ser perjudicial, pues suele estar contaminada.
Se insta al Gobierno español a que tenga en cuenta las puntualizaciones mencionadas en el párrafo anterior en las intervenciones humanitarias en que nuestro país actúa en países en guerra o situaciones de catástrofe.
“Amamantar” se pronunció en su momento contra el conflicto en Irak y condena cualquier guerra.
Pero no todo en la globalización del planeta es negativo: los amigos de la lactancia materna podemos utilizar las herramientas y estructuras de la globalización para educar a la población en las ventajas de la lactancia materna, para apoyar y actuar para que se cumpla el Código de Comercialización de Sucedáneos y para profundizar en la construcción de redes internacionales que luchen por la paz, la justicia y un mundo mejor para todos. Internet y el correo electrónico han contribuido enormemente a la unión de las comunidades de lactancia materna.
Contamos con la “Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño” aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud y el comité ejecutivo de UNICEF en el año 2002. Esta estrategia ofrece un marco universal para la acción y retos del movimiento pro-lactancia materna.